El 80% de las mujeres eliminaría las ojeras y las arrugas del rostro

El 80 por ciento de las mujeres eliminaría las ojeras y las arrugas del rostro, siendo las patas de gallo lo que más preocupa a las mayores de 45 años, según el estudio Desterrando Mitos, realizado por Allergan en colaboración con la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME) en el que han participado 1.900 españolas entre 30 y 65 años.

El 80 por ciento de las mujeres eliminaría las ojeras y las arrugas del rostro, siendo las patas de gallo lo que más preocupa a las mayores de 45 años, según el estudio Desterrando Mitos, realizado por Allergan en colaboración con la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME) en el que han participado 1.900 españolas entre 30 y 65 años. Además, esta investigación revela que «cuatro de cada diez desconoce las diferencias entre la toxina botulínica y los rellenos dérmicos de ácido hialurónico».

La toxina botulínica está considerada un medicamento y los rellenos dérmicos productos sanitarios
A veces estas consultas relacionadas con los signos del envejecimiento llegan a la farmacia, por ello, Petra Vega, presidenta de SEME, explica a TodoDermo en qué consisten cada uno de estos tratamientos. «La toxina botulínica es una neurotoxina producida por el bacilo Clostridium botulinum que, inyectada de forma intramuscular, trata y previene las arrugas de expresión como las patas de gallo y el entrecejo», mientras que «los rellenos dérmicos o bioimplantes, que pueden ser de ácido hialurónico u otras sustancias órgano-sintéticas como la hidroxiapatita cálcica y el ácido poliláctico, corrigen defectos de volumen en los labios, los surcos y las ojeras a través de una punción en tejidos vivos».

Cada compuesto tiene unas finalidades estéticas aunque, según su experiencia, «en el 65 por ciento de los casos se combinan ambos». Sobre el uso de estas sustancias en España, Petra aclara que «la toxina botulínica está considerada un medicamento y los rellenos dérmicos están autorizados como productos sanitarios».

Para la atención farmacéutica de estos pacientes, hay que tener en cuenta -comenta- que existen contraindicaciones «tanto por las posibles alergias, la técnica de inyección que puede favorecer la aparición de hematomas y granulomas o por los problemas autoinmunes e infecciones de los usuarios». En este sentido, Vega insiste en que «debe ser siempre un experto médico quien indique y realice estos tratamientos».

El 17 por ciento de las encuestadas piensa que los resultados de los rellenos dérmicos con ácido hialurónico no son naturales, siendo la pérdida de expresión uno de los miedos más acusados ante esta intervención estética. Al respecto, Vicente Lajo, director médico del Centro Médico Estético Lajo Plaza, en Madrid, apunta que «los nuevos métodos de aplicación y el mejor conocimiento en el proceso de envejecimiento de los tejidos permiten abordar las necesidades de forma más efectiva y natural».

Tres de cada diez mujeres creen que una vez inyectado el ácido hialurónico ya no hay vuelta atrás, a lo que Lajo responde que «es rotundamente falso porque existen tratamientos que anulan el efecto».

Por último, el 11 por ciento afirma gastarse entre 300 y 500 euros al año en cremas para cuidado facial y sólo el 1 por ciento destina más de 500 euros anuales en dermocosmética.

Noticia extraída de: CorreoFarmaceutico