Los cultivos transgénicos son aquellos en los que se producen alimentos genéticamente modificados mediante una serie de procesos de ingeniería en los que se les insertan genes exógenos de otras especies.
Los cultivos transgénicos son aquellos en los que se producen alimentos genéticamente modificados mediante una serie de procesos de ingeniería en los que se les insertan genes exógenos de otras especies.
La industria responsable de este tipo de alimentación ha justificado su creación con la idea de acabar con el hambre mundial. Sin embargo, en la actualidad se sabe que esto no es necesario y, de hecho, un 99% de los agricultores no los siembran.
Mito: Los cultivos transgénicos pueden coexistir con otros sistemas agrícolas
La realidad: Los cultivos transgénicos pueden contaminar los que no están modificados genéticamente. Hasta el momento, se han registrado unos 400 casos de contaminación transgénica en todo el mundo.
Mito: Las semillas transgénicas tienen fecha de caducidad
La realidad: En un principio Monsanto distribuyó en el mercado semillas de larga duración, pero esta práctica se abandonó por razones e intereses comerciales internos.
Las semillas tienen fecha de vencimiento y tanto los pequeños como los grandes agricultores están siendo obligados mediante contratos y presión judicial para seguirlas comprando a Monsanto y otras compañías.
Mito:Los cultivos transgénicos son la clave para la resistencia climática
La realidad: La ingeniería genética sigue estando por debajo de la producción convencional en el desarrollo de aquellas variedades de plantas que pueden mantener estable la agricultura frente a los cambios climáticos.
La adaptación al cambio climático depende en gran parte de las prácticas agrícolas que ayudan en la conservación de la diversidad y la nutrición de los suelos.
Mito:Los cultivos transgénicos son seguros para los seres humanos y el medio ambiente
La realidad: Algunos expertos en salud han advertido que su consumo está asociado con el mayor riesgo de varios tipos de enfermedades, pero hasta el momento no hay suficientes estudios porque la industria no ha permitido acceder al material para la investigación.
Mito:Los alimentos transgénicos tienen mejor sabor que los productos orgánicos
La realidad: Aunque sí es cierto que los productos genéticamente modificados tienen una apariencia más deliciosa, a nivel interno no logran superar los de origen orgánico.
Por ejemplo, las frutas normales son de un sabor dulce e intenso y son pequeñas. Las transgénicas lucen muy frescas, pero no tienen un sabor tan delicioso y muchas de sus propiedades se han perdido.
Mito:Los cultivos transgénicos son viables a nivel económico para los agricultores
La realidad: Pese a que al principio se pensó que habría muchas ganancias para los agricultores, en los últimos años los precios de las semillas se han disparado debido a la protección que tienen con las patentes de las grandes compañías.
Mito:Se necesitan semillas genéticamente modificadas para alimentar el mundo
La realidad: Pese a que es uno de los objetivos de las grandes compañías transgénicas, muchos han demostrado que no son viables con este fin porque pueden ocasionar enfermedades en el cuerpo humano.