Llevar mascarilla se ha convertido en un imprescindible en nuestro día a día para proteger nuestra salud y la de los demás. Sin embargo, el calor y su uso prolongado pueden favorecer la aparición de afectaciones cutáneas.
Utilizar la mascarilla durante mucho tiempo puede generar una serie de efectos negativos en la piel. La escasa ventilación en la zona favorece un aumento de la humedad provocando una acumulación de sudor y grasa. Esta situación hace que el poro se dilate y que el agua transepidérmica se escape. Además, la elevada humedad que se produce, junto con el calor y la oclusión, puede agravar patologías como el acné o la rosácea.
Otro de los efectos que produce llevar la mascarilla durante muchas horas es la aparición de xerosis o sequedad en la piel. Esto se traduce en una sensación de tirantez, picor y escozor en la cara.
Por otro lado, la fricción que ejerce sobre la dermis puede provocar una mayor cantidad de sebo y dermatitis seborreicas originando rozaduras en la zona. Asimismo, se pueden desencadenar cuadros de alergia a los materiales de la mascarilla (dermatitis alérgica de contacto) y para las personas que ya sufren afecciones de la piel, esto puede suponer un empeoramiento de la patología.
Cuidados para la piel
Para evitar lesiones cutáneas en la zona que cubre la mascarilla es clave mantener una serie de cuidados para proteger la piel. Te contamos cómo lo puedes hacer.
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Mantén la piel bien limpia e hidratada
Es importante limpiar bien la cara antes y después del uso de la mascarilla. Se puede lavar con agua templada y utilizar para ello jabones limpiadores suaves, que eviten la irritación y que proporcionen una limpieza profunda y delicada en la zona. Es preferible que estos jabones sean naturales y especialmente aptos para pieles sensibles.
Para la limpieza facial también se puede utilizar agua micelar. Con ella se conseguirá hidratar, refrescar y calmar el rostro. Una vez tengamos limpia la cara, es importante aplicar una crema hidratante para aportar los nutrientes necesarios para la piel.
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Evita el uso de maquillaje
Llevar la cara maquillada agravará el efecto oclusivo, la obstrucción y la suciedad de los poros que la piel sufre al llevar la mascarilla. Además, los pigmentos existentes en el maquillaje podrían interferir en el filtrado de la mascarilla y, en consecuencia, disminuir su eficacia. Por ello, se recomienda mantener la cara libre de maquillaje.
No obstante, en el caso de que esto no sea posible, es preferible decantarse por las bases de maquillaje más fluidas y evitar las que son muy untuosas.
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Aplica protector solar
El protector solar facial debe aplicarse a diario, ya que la piel del rostro está casi continuamente expuesta al sol y a los rayos UV. A diferencia de lo que muchos puedan pensar, la mascarilla no protege de los rayos solares. Por ello es fundamental utilizar un protector solar adecuado para cada tipo de piel con un factor de protección alto y aplicarlo antes de salir de casa.
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Toma antipolutivos orales
Para proteger las zonas de la piel de los roces, es clave usar productos que hagan un efecto barrera sobre la piel. Dermashine es un complemento alimenticio que creen una cobertura total de la piel, protegiéndola del roce, la irritación y la acumulación de suciedad provocados por el uso de la mascarilla. Está elaborado a base de Zeropollution®, un ingrediente a base de 4 plantas (Lippia citriodora, extracto de olivo extracto, extracto de romero y extracto de Sophora japonica) y con estudios clínicos que ofrece una nueva forma de proteger nuestra piel de las agresiones externas. Además, contiene vitaminas C y E, encargadas de contribuir a la protección de las células frente al daño oxidativo.
Usa correctamente la mascarilla
Para que no se acumule un exceso de bacterias o suciedad en la mascarilla, es fundamental cambiarla o desinfectarla de forma constante.
Un uso correcto para evitar más riesgos serían los siguientes:
- Lavarse las manos antes de ponerla.
- Ajustar la mascarilla correctamente a la cara: que durante todo el tiempo cubra la boca, la nariz y la barbilla.
- Evitar tocar la mascarilla mientras se lleva puesta.
- Por cuestiones de comodidad e higiene, se recomienda no usar la mascarilla por un tiempo superior a 4 horas. En caso de que se humedezca o deteriore por el uso, se recomienda sustituirla por otra.
- Para quitarse la mascarilla, hay que hacerlo por la parte de atrás, sin tocar la parte frontal.
A pesar de los efectos que el uso de la mascarilla pueda tener sobre nuestra piel, es imprescindible utilizarla para la disminución de la transmisión de la COVID-19. Protege tu salud ¡sin olvidar darle a tu rostro este cuidado especial!