Los 8 errores más comunes en las dietas postverano

Llega septiembre, volvemos a la rutina, nos ponemos de nuevo la ropa de trabajo y es cuando somos conscientes de que con el verano hemos ganado algún que otro kilito de más. Entonces nos entran las prisas por recuperar el peso y, muchas veces por inercia, acudimos a las dietas rápidas que prometen adelgazar en casi tiempo récord o empezamos por nuestra cuenta a alterar la alimentación.

Normalmente, cuando nos decidimos a comenzar una dieta una de las primeras cosas que pensamos es en dejar de comer muchos alimentos de un día para otro, pensando que es la mejor manera de conseguir los resultados que buscamos. Y aquí es donde empezamos a cometer el primer error que puede ser perjudicial para nuestra salud.

Hoy vamos a repasar algunos de los errores más comunes que cometemos en las dietas para evitar ponerlos en práctica y que esta vuelta a la rutina (¡y a tu peso!) se haga de la forma más saludable y efectiva.

1. Eliminar todas las grasas

Son muchos quienes, al decidirse perder peso, lo primero que hacen es suprimir de la dieta las grasas. Sin embargo, esto no beneficia en nada a nuestro organismo. Nuestro cuerpo necesita algo de grasa para sobrevivir, ya que esta proporciona algunos ácidos grasos esenciales que el organismo no puede producir por sí mismo.

Las denominadas grasas saludables son especialmente beneficiosas para la pérdida de peso por su poder saciante y por su contribución a la reducción del colesterol. Entre ellas encontramos el aceite de oliva, las almendras, las aceitunas, el salmón o los aguacates.

2. Evitar los carbohidratos

Los carbohidratos han adquirido mala fama en los últimos años porque se relacionan con el sobrepeso. El problema viene cuando se cometen errores cómo creer que una dieta baja en carbohidratos significa eliminarlos por completo. Esto puede hacer que te sientas débil y agotado y que muchos, tras un par de semanas de empezar l dieta, la abandonen.

A la hora de seguir una alimentación que nos ayude a recuperar la línea es importante elegir los carbohidratos saludables que pueden ayudar a conseguirlo, ya que aportan la energía necesaria para practicar deporte así como la fibra suficiente para calmar la ansiedad en momentos de flaqueza.

Algunos carbohidratos que pueden ser de gran ayuda encontramos granos como cereales y arroz; frutas como las manzanas, los plátanos y las naranjas; lácteos como el yogur y la leche, o legumbres como las lentejas y los guisantes.

3. Darse atracones después del gimnasio

Después de un entrenamiento de alta intensidad o una clase de cardio es necesario recuperar la energía perdida, pero hacerlo sustituyendo las calorías quemadas por otras más copiosas es un gran error. Esto no hará otra cosa que volver a ganar el peso perdido. 

Lo más recomendado después de hacer ejercicio es beber mucha agua y tomar una pieza de fruta. Las proteínas, como carnes magras, pescado y verdura, por su parte, ayudarán a reparar tus músculos, saciarte y no engordar.

4. Abusar de los productos ‘light’

Si bien deben tener menos calorías que su versión original, los productos considerados como ‘light’ no siempre son de gran ayuda a la hora de perder peso. A veces ocurre todo lo contrario: al considerarlos como alimentos adelgazantes o sanos, tendemos a consumir una mayor cantidad pudiendo dar lugar a un exceso de calorías. Por otro lado, a veces la diferencia energética entre un producto normal y la versión ‘light’ no es significativa o bien la cantidad consumida no establece una gran distinción.

5. Saltarse una comida

Suprimir una de las comidas es uno de los errores que seguramente más se cometan. Mucha gente piensa que así, si ingiere menos calorías, perderá peso. Sin embargo, este gesto es un gran error que puede llevarnos a engordar al hacernos llegar a la siguiente comida con más hambre.

A la hora de seguir una dieta de adelgazamiento es fundamental distribuir las calorías diarias en cinco comidas. De esta forma aportaremos energía periódicamente al organismo, acelerando el metabolismo, incrementándose el gasto calórico y minimizando el almacenamiento de grasas. Así pues, si tenemos al organismo constantemente alimentado, este percibirá que no necesita almacenar nada extra.

6. Alimentarse solamente con verduras o ensaladas

Los platos a base de verduras son sumamente saludables y ligeros, pero no debemos basar la dieta exclusivamente en ellos ya que no son un plato completo y, en consecuencia, puede provocar un déficit nutricional así como otros problemas de salud. Por otro lado, las ensaladas y verduras no tiene un alto poder saciante, por lo que seguramente al poco tiempo de comerlos sentiremos hambre.

Lo mejor es complementar las verduras y ensaladas con una porción de carne magra, cereales integrales, legumbres, pastas o queso descremado, por ejemplo.

7. Hacer ejercicio intenso en la primera semana

A medida que tu cuerpo se adapta en la primera o segunda semana de una dieta baja en carbohidratos, probablemente te sientas más débil, con menos energía e incluso algo mareado. Por tanto, no es el mejor momento para hacer ejercicio intenso. Espera a que tu cuerpo se haya adaptado a este cambio y pase de usar los carbohidratos como fuente de energía, a utilizar las grasas para transformarlas en energía. Mientras tanto, haz ejercicios que requieran menos intensidad.

8. Creer que siempre vas a bajar de peso muy rápido

Si sigues una dieta baja en carbohidratos, en las 2 primeras semanas puedes bajar muchos kilos rápidamente, por eso esta dieta es tan popular. El problema viene cuando piensas que puedes seguir ese ritmo de pérdida para siempre y tampoco se está bien informado ni asesorado durante el proceso. Por eso siempre aconsejamos ponerte en manos de expertos para que te ayuden y guíen correctamente.

Mucho del peso que se pierde al principio es agua. Cuando se reducen drásticamente los carbohidratos, el cuerpo libera el glucógeno almacenado en hígado y músculos, junto con el agua. Por cada gramo de glucógeno que se libera, se liberan dos gramos de agua, los cuales se excretan en la orina, originando una sensación de “deshincharse”, de reducir volumen rápidamente. ¡Pero ojo! Con una dieta baja en carbohidratos, los niveles de insulina disminuyen y el cuerpo comienza a eliminar líquidos y con ello sodio, cuyos niveles bajos pueden ser problemáticos cuando los riñones lo eliminan en exceso. Esta es una de las razones por las que la gente tiene efectos secundarios como mareos, fatiga, dolores de cabeza e incluso estreñimiento.

Una vez que tu cuerpo se adapte, la pérdida de peso será más lenta, pero las pérdidas serán principalmente de grasa en lugar de agua.

En nuestra web podrás encontrar una gran variedad de dietas que han sido elaboradas por nuestro equipo de nutricionistas. Puedes consultarlas aquí.